martes, 13 de enero de 2009

Limones y pomelos

No lo voy a poder evitar. Por segunda vez y pese al riesgo de que mis aportaciones a este blog empiecen a coger un carácter monotemático, hoy voy a volver a escribir sobre el panorama político (y moral en general) de mi ciudad natal.

Que la realidad a veces supera o se asemeja sospechosamente a la ficción, es un topicazo que aún mil veces repetido no deja ser cierto y de mostrarse día a día, aunque la verdad es que en unos sitios más que en otros.

La prueba real me asaltaba esta mañana cuando en la sección de la Comunidad Valenciana de el periódico El País, leía la noticia de que el alcalde de Castellón, Alberto Fabra (érase de un hombre a un apellido pegado), ha remitido 100.000 cartas a sus conciudadanos en las que les explica que los impuestos municipales se han “actualizado” acorde con el poder adquisitivo “de la cuidad”. Un incremento que según este “cerebro afortunado” se corresponde con la subida del IPC.

Pues bien yo leyendo esto, no dejo de pensar en multitud de obras de ficción. La primera 1984 de Orwell, pero también pienso en Matrix, Fahrenheit 451, e incluso hasta en Los Bingueros o Yo, el Vaquilla. Pero sobre todo, me vienen a la cabeza imágenes de El bosque (M. Night Shyamalan).Y es que ese pueblo aislado de todo, anclado en el pasado, y liderado por unos pocos que se encargan de explicar “lo malo” del exterior en forma de fábula, desgraciadamente me recuerda demasiado al lugar donde yo nací.

Las “cartas de Fabra” son una fábula tras la cual se esconde el hecho de que su ayuntamiento, a pesar del mal momento que atraviesan los ciudadanos en lo que a sueldos y empleo se refiere, ha decidido subir los impuestos un 5,7%. Una cifra que, muy por encima de la que marca la subida del IPC en 2008 (1,5%), responde a la voluntad del alcalde ya que llegará a los bolsillos de la gente en forma de impuesto de vehículos y bienes inmuebles.

Pero Castellón es genial. Es como El Bosque. Al igual que el personaje de William Hurt narraba en la película historias fantásticas a sus vecinos, Fabra (en su versión alcalde) habla hoy a los suyos de un IPC cuyas siglas nadie sabe a que corresponden (quizás a “Impuestos Por Cojones”?), y manda al concejal delegado de hacienda de su ayuntamiento, José Masíp, a que explique a los medios que el IPC significa “cuando de la bolsa quitas limones y pones pomelos”

Como película El Bosque no está mal, aunque para mi gusto nunca llega a inquietar. Como situación política, la actualidad castellonense es acojonante de verdad.

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Notícia en El País

El Bosque (The Village, M. Night Shyamalan,2004)


2 comentarios:

Enzo Buonfiglio dijo...

En fin, como un servidor (y seguidor fiel de este blog) entra en periodo de exámenes, me gustaría felicitaros por el blog, agradeceros todas y cada una de las entradas que habéis publicado y lo mucho que he aprendido con las referencias y pistas de vuestros textos.

Enhorabuena

cronicas de un culo inquieto dijo...

Si supieras,cuantas veces me viene a la mente "1984"...eso si que da miedo...