lunes, 12 de enero de 2009

La cultura

Otra vez estamos en esa época del año en la que los estudiantes echamos de menos todas las demás: la época de exámenes. Entre tanta fecha de entrega, parte teórica y parte práctica y profesor iluminado que piensa que la universidad consiste en lo que a el se le ocurre pedirte que entregues, a mi me da por pensar que quizás este sistema no sea el mejor de todos. Como estudiante tardío al que la sabiduría tardó mucho en alcanzar (algunas mañanas dudo de que lo haya hecho ya), desde que empecé con esto del doble atracón de información en el que consiste la universidad (uno al final de cada cuatrimestre), tengo la sensación que en la mayoría de los casos la dinámica de trabajo sigue siendo la del cole o el instituto, es decir: hagas lo que hagas días antes del examen no te quita nadie el suplicio de memorizarte un tostón si quieres asegurar el aprobado.

Que la enseñanza en este país se centre en la formación práctica y coherente, dejando de lado la tortura del tostón innecesario, es algo así como conseguir la paz mundial o que el C.D. Castellón gane la Champions, una utopía inalcanzable.

Pero bueno... habrá que seguir. Lo que tienen estos días es que en los ratos que uno descansa del estudio, normalmente se suelen hacer planes sobre lo que se va a hacer cuando pasen los exámenes. Planes que luego a lo mejor no se cumplen pero que pensados en ese momento hacen que la vida parezca mucho más apasionante.

Un poco agobiado por la urgencia de ciertos trabajos absurdos que tengo que entregar, hoy os recomiendo uno de mis temas preferidos de Kortatu, uno de los grupos de toda mi vida, y toda una leyenda dentro del rock estatal.

Un grupo que unos relacionan con el punk más juvenil y otros con el movimiento abertzale (¿De la misma forma en la que se deberían relacionar los discos de la Pantoja con la corrupción urbanística?). Lejos de una y otra acepción Kortatu es hoy una banda mítica y pionera en muchos sentidos, además del gran referente en cuanto la fusión entre reggae-ska-punk en este país.

Por eso y como casi siempre en época de exámenes quiero rescatar uno de los temas de este grupo con la letra más acertada y con la que más identificado me siento de toda su discografía: “La cultura”. Dedicada a todos aquellos con el alma ansiosa por el dolor de codos:

Ay que a gusto, me iría ahora a la cama
pero hay que estudiar
tengo examen mañana
cualquiera diría que los exámenes son
el fin al que dedican su propia vida.
¡Qué aburrimiento, qué tontería!
Tendré que tomarme una Anfetamina
y recuerdo el tiempo
cuando todo esto me resultaba
Constructivo, inspirador y educativo.

(...)

Uno cree que aprender es importante
y se convierte en un jodido intelectual
que trata de serlo más que los demás
uno se pasa años y años
con la nariz metida entre los libros
Mientras el mundo se escapa frente a uno.

(Kortatu, La cultura,1984)



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