Con una puesta en escena más que correcta y un guión sólido y sin lugar para concesiones, el director austriaco propone una fábula de "violencia irracional" que le sirve para recordarnos hasta que punto nosotros como espectadores, somos cómplices y partícipes de la misma.
Se trata de la historia de una familia acomodada que de repente se ve asaltada en su chalet por dos "niños pijos" que les atacan salvajemente. Entre ellos, los asaltantes se llaman continuamente como personajes de ficción de toda la vida (Tom y Jerry, etc.), dato que nos sirve para situar el origen de estos monstruos cuya única motivación parece ser pasar el "rato divertido” al que hace referencia el título de la película.
De la misma manera que el espectador se angustia a través de largos planos secuencia y diálogos encajados al milímetro para conseguir tal efecto, por otro lado llega éste a un punto en el que se hace consciente de que su papel en la historia está más cercano al de los verdugos que al de las víctimas; idea transmitida por medio de los diálogos con la audiencia del personaje de Arno Frisch, quien nos recuerda que no solo ellos están pasando un “buen rato”, dejando claro que en cualquier thriller o "slasher" al uso, la violencia resulta no solo atractiva sino la razón de ser de la narración en sí.
Es precisamente aquí donde Funny Games adopta la dimensión de ensayo cinematográfico, pues prácticamente toda la violencia de la cinta se desarrolla fuera de campo, dejando claro cual es el propósito real de su línea argumentativa. Mucho más recomendable la primera versión que la que hace dos años el director austriáco rodó en EE.UU. Un remake hecho "plano a plano" idéntico a la versión europea que desconcertó a propios y extraños. Aunque en el fondo se trata de la misma película (y que en la americana aparece Tim Roth, uno de los mejores actores vivos), desde este blog nos quedamos con el impactó que causo en el viejo continente el "juego divertido" de Haneke.
Una invitación a reconocer en la violencia un sentimiento tan horrible y angustioso como intrínsecamente humano, capaz de captar toda nuestra atención independientemente de su irracionalidad, y ajena a nuestra idea de moralidad “por defecto”.
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Tráiler Funny Games, Michael Haneke, 1997
Tráiler Funny Games, Michael Haneke, 2007 (versión americana)
1 comentario:
Ei, al final les entrades mínimes són 39 per si no ho havieu vist
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