Algo teníamos que decir al respecto. La elección del primer presidente afroamericano de Estados Unidos es un hecho lo suficientemente relevante y estimulante como para no buscarle las vueltas en este blog.
En los últimos días todo han sido felicitaciones colectivas. Una especie de “asombro global” que lo tinta todo de cierta esperanza de cara al futuro (aunque algunos desconfiados no seamos capaces de espantarnos la mosca de detrás de la oreja).
Seguramente la elección de Barak Obama no sea ni tan repentina ni tan “sorprendente” como algunos medios la venden. Por otro lado su procedencia tampoco dista tanto de la de cualquier presidente anterior (Harvard y todo el rollo) a excepción de su color de piel (aunque Colin Powell también es negro, o no...).
Sin embrago lo que no admite duda es que algo ha empezado a cambiar en EE.UU., y que lo ha hecho de manera que, una vez más, este gigantesco país que lleva en nuestras pantallas desde que tenemos ojos para mirarlas, nos ha demostrado que es capaz de lo mejor y de lo peor.
Da la sensación de que todo es enorme en USA, los coches, las casas, las manos de espuma para animar en los partidos de baseball, los aciertos y los fracasos.
Se trata de un lugar y una cultura capaces de imponer un sistema de mercado mucho más restrictivo con la gente que la mayoría de dictaduras conocidas, de bloquear económica y socialmente un diminuto país a solo 30 millas de sus costas, de embarcarse en guerras injustas como Vietnam e Irak o de nombrar como presidente a un niño pijo e ingenuo, hijo de otro presidente mediocre como es Bush.
Aunque también es cierto que es un país capaz de inventar el Rock & Roll, el cine clásico e incluso nombrar como presidente a el hijo de un africano dando una especie de soplo de esperanza al agonizante panorama político internacional.
Por supuesto desde este blog condenamos la parte mala con la que este país escupe al resto del mundo, pero también reivindicamos la parte buena en un momento en el que sentimos que es necesario hacerlo. Y lo hacemos a través de una obra que quizas sea el mejor alegato en defensa de este país de enormes distancias, naturaleza brutal, y sensación de libertad salvaje, se trata de “En el camino” de Jack Kerouac (1957). Un libro del que podríamos decir muchas cosas, pero del que simplemente resaltamos su condición de metáfora de toda una filosofía de vida por la que fluye el rock, la superación personal, y la importancia de no dejar nunca el camino por el que te lleven tus sueños. Un camino del que en cierta manera Obama es hoy un representante más.
“De pronto el y yo vimos el país entero como si fuera una ostra abierta; y tenía perla, ¡tenía perla!”
“ Aunque mi tía me avisó de que podía meterme en líos, escuché una nueva llamada y vi un nuevo horizonte, y en mi juventud lo creí; y aunque tuviera unos pocos problemas e incluso Dean pudiera rechazarme como amigo, dejándome tirado, como haría más tarde, en cunetas y lechos de enfermo, ¿que importaba eso?. Yo era un joven escritor y quería viajar.
Sabía que en el camino habría chicas, visiones, de todo; sí, en algún lugar del camino me entregarían la perla.” Jack Kerouac, “En el camino” (On the way, 1957)
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Enlaces:
Video de Easy Rider. Rock & Roll, naturaleza y libertad salvaje: el perfil bueno de USA
Más información sobre Kerouac y la "Generación Beat"
Yo también creo...
Hace 13 años
1 comentario:
Ahora Obama, ¿y ahora qué? ¿Sabemos mucho más?
http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008111000_5_517425__Opinion-Caza-pesca
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